Las palabras, como los alimentos o las prendas de vestir, se prestan a diferentes combinaciones, de las cuales unas resultan adecuadas, pero otras no. Algunas de estas últimas, además, tienen la capacidad de contagiarse con más facilidad que un catarro en invierno, y terminan por convertirse con cierta rapidez en una especie de errónea moda lingüística.
Uno de los mejores ejemplos de estas combinaciones de palabras inadecuadas, pero muy extendidas, es la formada por un adverbio de lugar como lejos, cerca, delante o detrás seguido de un posesivo como mío, tuyo o nuestro. Es decir, expresiones como *delante mío o *cerca suyo, que en la actualidad se emplean con frecuencia pese a que incumplen tanto la norma como la lógica del lenguaje. La razón de esta incorrección es sencilla: los posesivos como mío o suyo son palabras que nos permiten expresar posesión o pertenencia, normalmente con respecto a un nombre o sustantivo (dos libros tuyos, un problema mío…).
Por tanto, el empleo de los posesivos pierde su sentido y su lógica cuando estos se refieren a un adverbio de lugar como cerca o delante, cuyo significado no se presta a ser poseído por nadie. El colmo de los colmos se alcanza cuando el posesivo que acompaña incorrectamente a un adverbio de lugar se flexiona en femenino (*enfrente suya o *detrás nuestra).
La solución a este desperfecto expresivo resulta sencilla: los adverbios de lugar se combinan a la perfección con una preposición seguida de un pronombre personal, en expresiones sencillas y correctas como delante de mí o cerca de vosotros, que se consideran
adecuadas tanto en el habla coloquial como en la expresión culta.
Finalmente, con respecto a este asunto conviene tener en cuenta varias observaciones:
– Es correcto el uso de los posesivos anteriormente citados con todas aquellas palabras, generalmente nombres o sustantivos, que también admiten delante otras formas de posesivos como mi, tu o su. Por ejemplo: a tu derecha o a la derecha tuya, a mi lado o al lado mío, a nuestro favor o a favor nuestro, etc.
– En el caso concreto del adverbio alrededor, se considera aceptable su uso acompañado de posesivos (alrededor mío, por ejemplo), porque esta palabra está formada por la unión de la contracción al y del sustantivo rededor (contorno). De hecho, esta palabra se emplea también como nombre o sustantivo.
– La expresión en contra de incluye el nombre o sustantivo femenino contra, por lo que no ofrece problema alguno su uso seguido de un posesivo en femenino en expresiones correctas como en contra mía o en contra suya, como tampoco lo tienen construcciones similares como a costa mía, de parte tuya o en presencia suya.